jueves, 20 de agosto de 2009

historia de la Delineación...





la delineación












El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra delineación como:


“Acción y efecto de delinear”


Es decir, delineación es la acción de delinear:


“Trazar las líneas de una figura”.


Por tanto, podríamos decir que la “Delineación” es una de las profesiones más antiguas de la humanidad y que se encuentra íntimamente ligada a los orígenes del hombre el cual, desde que empezó a tener conciencia de su entorno y situación en la Tierra, sintió la necesidad de representar aquello que le rodeaba.


Una clara muestra de esta afirmación la podríamos encontrar en las pinturas rupestres (en un primer momento, simples líneas) que cubre la paredes de las cavernas y de las cuales existen testimonios datados de más de 40.000 años de antigüedad.


Desde siempre, el ser humano, para construir lo más simple, se ha planteado un diseño previo de lo que quería realizar, bien fuera mentalmente o realizando una representación gráfica de su idea, mediante líneas, sobre algún tipo de material que le permitiera tener la misma presente mientras la desarrollaba. Así, mientras realizaba sus diseños, fuera tallándolos en piedra o madera, grabándolos en barro o en cera o, posteriormente, dibujándolos en papel, el hombre estaba “Delineando”.


Sin necesidad de remontarnos a la prehistoria y centrándonos en la “Delineación” (o Geometría), como profesión vinculada al mundo de la construcción o, posteriormente, a la industria y el diseño, podríamos establecer que, fue en el momento en que el hombre comenzó a progresar y a evolucionar en su forma de vida, pasando del nomadismo al sedentarismo, cuando empezó realmente a “delinear” lo que serían sus moradas, sus hogares, sus casas.


Hasta nuestros días, han llegado muestras de esta evolución a través de los restos arqueológicos de Mesopotamia o el antiguo Egipto, en las edificaciones de Grecia y Roma, en los castillos de la Edad Media… y en tantas y tantas obras arquitectónicas que el hombre ha ido dejando tras su paso, pero en las que siempre se ha servido de un sistema que le ha permitido representar sus anhelos, sus ideas, sus inquietudes: la“Delineación”.



Para conocer con cierta exactitud cuando comenzó la humanidad a dar uso práctico a la Geometría, es preciso remontarse a lo que podemos conocer como “los orígenes de la civilización”, es decir a la civilización Sumeria (Mesopotamia) y a Egipto, alrededor del año 4.000 a. C. (periodo de la civilización Nagada o Nayada).


Del estudio y observación de los hallazgos arqueológicos de la era Nagada II, podemos deducir rápidamente el nivel de desarrollo alcanzado, entre los años 4.000 y 3.000 a. C., en cuanto a simetría y composición grafica se refiere, es decir en cuanto al dominio de la Geometría, la‘Delineación’.


De esa época datan las primeras esculturas, la escritura jeroglífica, el bajo relieve, la cerámica y la talla, pero fundamentalmente, son el origen de las ciudades o polis y de los primeros mapas o planos de éstas y, por consiguiente, el origen de lo más parecido a lo que, en la lengua de Cervantes, conocemos como ‘Delineación’.


La “Delineación” ha formado desde siempre una unidad con la naturaleza humana y la Geometría ya era desde la antigüedad la base sobre la que se asentaban las Artes y las Técnicas.


Tanto es así que, los cimientos y orígenes de esta profesión están reflejados en la historia que conocemos, sea por los restos arqueológicos y excavaciones en el antiguo Egipto o Mesopotamia, como a través de los numerosos documentos y biografías (muchas de ellas del siglo XV) que nos hablan de Delineantes Ilustres.


A lo largo de la historia, se pueden encontrar múltiples referencias relativas a la “Geometría”. En este sentido, se debe tener en cuenta que “Delineantes” y “Geómetras” fueron una misma cosa en España hasta los años 50 y que, incluso hoy, el término “Geómetra” subsiste en Italia y Francia como título académico, claramente diferenciado de los títulos de Arquitecto o Ingeniero.


Una de las referencias sobre la Delineación es este texto con rima, proveniente de un “clásico” español, el tratado “VARIA COMMENSURACION PARA LA ESCULTURA Y ARQUITECTURA” (1ª edic. Sevilla 1.585), relacionado con el Arte, precursor en el desvelo por mejorar la formación de nuestros profesionales y claro ejemplo de cómo se transmitían de generación en generación los conocimientos Artísticos (hoy Técnicos):


“La Geometría es antigua sciencia, con que se mide el Orbe en su trasunto, de quien oficio es con la experiencia traer todas las cosas á su punto. Prosigue, y vá siguiendo su ascendencia, comenzando primero desde un punto, que es cosa imaginada, y no sensible, que no puede partirse, ni es posible”.


Por su parte, Jacopo Barozzi da Vignola (1.507-1.573), conocido en España como Viñola, arquitecto italiano que prosiguió con la dirección de las obras de la basílica de San Pedro a la muerte de Miguel Ángel, en el prólogo de su obra “REGLAS DE LOS CINCO ORDENES DE ARQUITECTURA” (1ª edic. Roma, 1.562), dice:


“Seria muy importante á los jóvenes que se dedican á la Arquitectura que antes de tomar el compás en la mano se les instruyese qué cosa es esta Arte, qué es un Orden, y que estuviesen en estado de responder á quantas preguntas pudieran hacérseles acerca de los primeros dibuxos que copian”.


Y, al referirse a los ángulos: “Los Geómetras dividen la circunferencia de un circulo en 360 partes iguales…”


Estas quizás sean las primeras referencias a los “Geómetras” o “Delineantes” como profesión, grado o especialidad diferenciada de los Arquitectos que se hace en el Renacimiento.


En su obra, Vignola también nos aclara no sólo lo que son los Geómetras, sino cual fue el origen de su oficio:


“La Geometría tuvo su origen en el Egipto; los Egipcios la inventaron, según dicen, para remediar la confusión que las inundaciones del Nilo causaban comúnmente en sus tierras, borrando los límites que separaban las heredades.


Este ejercicio, que en aquel tiempo solo servia para medir la tierra y dar á cada uno lo que le pertenecía, fue llamado por los Griegos, Medida de la Tierra, o Geometría; pero después los Egipcios se aplicaron a hacer observaciones más profundas, y de una practica puramente mecánica resulto una ciencia tan útil para todas las Artes”


En “LAS CONSTITUCIONES DE ANDERSON” (publicadas en 1723), redactadas por el pastor James Anderson y que se consideran el inicio de la moderna masonería especulativa, se hace referencia a Dios (GADU) como el Gran Arquitecto y a Adán como el primer Geómetra (al igual que en la Biblia, estamos ante un lenguaje puramente metafórico, simbolista o interesado por las creencias de quien escribe y, por tanto, carente de todo rigor científico).


El oficio de “geómetra”, al igual que el resto de oficios, se transmitía de padres a hijos o de maestros a aprendices, así esta referencia a la situación de los artistas en Mesopotamia:


“el artista es un hombre surgido de los estratos más pobres de la sociedad; su salario es menor que el de los braceros del campo; su oficio, a menudo transmitido de padres a hijos, implica un lento aprendizaje. Por su parte, el aprendiz no puede romper nunca la relación con su maestro, ni tan siquiera puede ser reclamado por sus padres; es una especie de esclavo que, cuando alcanza el grado de oficial, y la suerte lo favorece, puede aspirar, como máximo reconocimiento de su labor, a que el Soberano lo libere del pago de impuestos”.


Los griegos, conocedores de las habilidades de los egipcios y babilonios, desarrollaron éstas y dignificaron la profesión.


A Platón se le atribuye esta frase, colocada en la puerta de la Academia:


“Quien no sepa geometría, que no entre”.


Pero, realmente, fueron los romanos quienes difundieron sus conocimientos por el mundo occidental y, con la caída del Imperio, Occidente se precipitó a la época más oscura de su historia: “el Medievo.


El Medievo supuso el dominio político y económico de la Iglesia Católica y una lucha sangrienta contra cualquier posible iniciativa progresista, esto sumió a la humanidad en el oscurantismo y la ignorancia.


En aquella época era muy raro saber leer y escribir y la cultura era cosa reservada a clérigos y algunos nobles. Prueba de ello es la siguiente referencia histórica:


“A San Isidoro, obispo de Sevilla en los inicios del Siglo VII le preocupó la ignorancia de los clérigos y fundo un colegio para eclesiásticos; escribió además una obra trascendental para su tiempo, Etimologías, que fusiona los mas diversos conocimientos sobre todo el saber de su tiempo; astronomía, medicina, farmacia, artes, etc. La obra, concebida en el estilo de los diccionarios, es uno de los más remotos estudios de conocimientos generales”.


Téngase en cuenta que en aquella época no existía la imprenta y el soporte utilizado para la escritura era el pergamino y pese a que, durante el Siglo XIII, la nueva industria del papel proporciono un material considerablemente menos costoso que los tradicionales pergaminos, este hecho no supuso un avance importante en materia de alfabetización (pues los artesanos seguirían transmitiendo sus conocimientos de forma oral), pero sí aporto a los Geómetras o Delineantes un soporte de Dibujomucho más barato.


Los profesionales en esta época eran grupos de especialistas que erraban de un lugar a otro en busca de trabajo, su propia condición de grupo les llevó a ser objeto de persecución y represión por parte de la Iglesia Católica.


El férreo control ejercido por la Iglesia llevo a los masones -gremios de la construcción- a su incorporación en Ordenes Eclesiásticas, así los Caballeros Templarios, por ejemplo, serian uno de sus refugios para transmitir de generación en generación sus secretos del Arte Real, y uno de sus mejores medios de expansión en el Medievo.


La masonería por aquel entonces era una de las mejores formas de adquirir conocimientos, sobre todo “La Ciencia Geométrica”, base de las artesanías, imprescindible para la delimitación de terrenos de cultivo y su división, la fabricación de toneles, la confección de ropas, etc. Todo aquello que necesitara del trazado, del dibujo, es decir, de la “Delineación” y de la Aritmética, todo ello más práctico que teórico y que se reducía al conocimiento de reglas elementales.


Hablando de los artesanos y los gremios especializados, organizados en torno a la masonería medieval, viene muy a cuento el comentario del historiador económico italiano, Carlo Cipolla (1922-2000):


“Para estas actividades, por el contrario, la instrucción era prerrequisito indispensable y, ciertamente, los artesanos instruidos solían ser más productivos y más ingeniosos que los artesanos analfabetos. El predominio de los judíos en las actividades comerciales y en otros sectores productivos (véase por ejemplo, la fabricación de instrumentos de precisión) durante todo el medioevo se debió en gran parte a su superior nivel de instrucción. Una oferta relativamente abundante de artesanos alfabetos y la existencia de una clase media con un nivel de instrucción relativamente alto constituyeron la fuerza principal de las áreas más desarrolladas de la Europa Renacentista. Si la instrucción hubiese sido indefinidamente monopolio de unos mandarines, la sociedad europea no se habría desarrollado como lo hizo. La revolución Industrial no fue producto de un par de altos sacerdotes de la ciencia, sino de la actividad experimental especifica de toda una muchedumbre de artesanos instruidos y de burgueses ricos que se recreaban con la experimentación científica”.


En la Europa de la alta Edad Media, quien aspirase a que sus hijos aprendieran a leer y escribir, debía confiarlos a los monasterios. Las grandes obras arquitectónicas de esta época son las Catedrales, los Monasterios, las Abadías, etc.


El florecimiento del comercio, especialmente en el mediterráneo, dio paso a las Ciudades-Estado y con ellas a un nuevo orden económico: “en Florencia desde 1.282, a través de una revolución de ámbito municipal, la aristocracia nobiliaria fue desplazada del poder político por la nueva clase de mercaderes y comerciantes, congregada en las llamadas “artes mayores” -actividades económicas y profesionales agrupadas en las corporaciones de oficios-, que asumieron el dominio político de la ciudad y constituyeron el gobierno de la señoría,…”.


Así, Florencia se convertiría en la cuna del Renacimiento y pozo de la corrupción eclesiástica, pero de ella surgieron las grandes escuelas de Arte que dieron a la humanidad obras irrepetibles. En Florencia los artesanos empezaron claramente a dividirse en dos grandes grupos: los que gozaban del mecenazgo y los que dependían de un salario.


Anecdóticamente mencionaremos que, entre mediados del Siglo XIV y finales del XV, un laico que supiese leer, gozaba automáticamente de los privilegios reservados a los eclesiásticos. Las implicaciones eran importantes: Para un vulgar ladrón, el simple hecho de saber leer un fragmento de la Biblia, le podía suponer la condonación de la pena de muerte por estrangulamiento o de la amputación del dedo pulgar.


En el siglo XV, la Iglesia española fomentó la introducción de conocimientos de Geometría franceses e italianos, es el caso de Diego de Sagredo (1490-1528), capellán de la Reina Doña Juana la Loca, el cual publico “MEDIDAS DE LO ROMANO”, un compendio de la obra deVitrubio, que ayudó a difundir el renacimiento italiano por toda España de forma tal que nuestros arquitectos pudieron comprender mejor los órdenes greco-romanos y hacer resaltar con más libertad las antiguas formas.


En España, los primeros documentos donde se constata la “Profesión de Delineante datan del Siglo XV, en tiempos de Felipe II, época en la que se creo la llamada “ESCUELA DE MATEMÁTICAS Y DELINEACIÓN” con el fin de formar a los entonces llamados Ingenieros Castrenses, hoy día, denominados “Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos” (curiosa procedencia esta!!).


A estas alturas habremos de convenir pues, que no se puede hablar con rigor de la preexistencia de profesiones, en el sentido que hoy le damos a este termino, salvo en el caso de los Artesanos, los cuales se dividían en (ordenados de inferior a superior grado): Aprendices, Oficiales, Ayudantes y Maestros y se regían por las reglas de sus corporaciones, siendo común a todas ellas el dominio de la Geometría y la Aritmética, lo que hoy conocemos como ‘Delineación.


Con el tiempo, los maestros formaron parte de la clase pudiente, y, en algún caso, de la Corte Real, y así sería hasta el Siglo XVIII, incluso avanzado el XIX, de forma generalizada sin que por ello los “Geómetras”o “Delineantes” supusieran una especialidad claramente diferenciada y organizada entre los oficios hasta ya entrado el siglo XIX (justo cuando los maestros desaparecen para dar paso a los que hoy conocemos como Arquitectos).


DEL SIGLO XVII A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL


La Revolución Francesa, supuso un hito en la historia de la humanidad, la Enciclopedia de Diderot, en la que colaboraron los pensadores más destacados de la época, pretendía recoger el pensamiento ilustrado. Los ilustrados querían educar a la sociedad, porque una sociedad culta que piensa por sí misma era la mejor manera de asegurar el fin del Antiguo Régimen. Este es el primer intento serio de divulgar la experiencia y el saber de los hombres pero, el proyecto se vio en gran medida obstaculizado por los reaccionarios europeos (término este que se originó como expresión peyorativa para referirse, desde la Revolución Francesa, a los que se opone a la revolución), seguidores del oscurantismo medieval impuesto por la Iglesia y que tuvieron su prolongación hasta bien entrado el Siglo XX, gracias a su permanente presencia en las esferas del Poder.


Ya en 1.746, la Academia de Ronen debatió el siguiente problema: “¿Es cosa ventajosa o cosa perjudicial para el Estado tener campesinos que puedan leer?” “Enseñan a leer y escribir a gente que solo debería aprender a diseñar y a manejar instrumentos y que ya no quiere hacer esto”. (De Fontaine de Rasbecg, Historie de L’einseinement primaire avant. 1.789, Lille-Paris).


Es así que, la Instrucción Pública y Privada, tuvo un desarrollo muy desigual en Europa.


Un curioso ejemplo sobre el tema nos lo transmite Carlo Cipolla:


“En Inglaterra, en 1.807, Whitbread presento una propuesta de Ley para la creación de escuelas elementales en todo el país. El proyecto fue derrotado en la cámara de los Lores; entre los que se opusieron figuraban el presidente de la Royal Society, quien razono de esta suerte:


En teoría, el proyecto de dar una educación a las clases trabajadoras es ya bastante equivoco, y en la práctica, seria perjudicial para su moral y su felicidad. Enseñaría a las gentes del pueblo a despreciar su posición en la vida en vez de hacer de ellos buenos servidores en agricultura y en los otros empleos a los que les ha destinado su posición. En vez de enseñarles subordinación, les haría facciosos y rebeldes, como se ha visto en algunos condados industrializados. Podrían entonces leer panfletos sediciosos, libros peligrosos y publicaciones contra la Cristiandad. Les haría insolentes ante sus superiores; en pocos años, el resultado sería que el Gobierno tendría que utilizar la fuerza contra ellos”.


En estos párrafos se encuentran los dos principales argumentos que se esgrimían en aquellos años para combatir la difusión de la instrucción.


El primer argumento era, el temor a una incomoda escasez de trabajadores manuales y serviles. La idea de que la gente nace con un puesto propio en la sociedad estaba muy difundida, de manera que, en relación con estas ideas la pretensión de educar a un trabajador, significaba alterar un equilibrio natural y, por tanto, promover el caos.


El segundo argumento era, el de los libros sediciosos. Durante los Siglos XVI al XVIII, gobernantes y clero prestaron una atención incesante al problema de los libros sediciosos, sobre todo en relación con el problema religioso. Los libros sediciosos eran frecuentemente quemados o hechos desaparecer junto con autores, editores y lectores. (“Tiene plena vigencia en los países árabes, y amenaza permanentemente su reinstauración en la Europa de hoy” Carlo Cipolla)


El siglo XVII fue un siglo de crisis económica en Europa en general, en el Mediterráneo en particular, y, muy especialmente, en la Península Ibérica. En la Corona española la crisis fue más temprana y más profunda que en el resto de Europa.


En lo referente a la cultura, la segunda mitad del siglo XVII, después del boom del Siglo de Oro, España contaba con gran abundancia de hombres de letras y gran escasez de artesanos. El país estaba lleno de poetas sin empleo, pero se veía obligado a importar la mayor parte de los productos manufacturados que precisaba.


En esa época se extendió el rechazo a los trabajos manuales, considerados “viles”, es decir, que manchaban el “honor” y la “dignidad” de aquel que los ejercía.


Esta mentalidad se apoyaba en los múltiples privilegios que detentaba la nobleza y provocó que, exceptuando ciudades mercantiles como Cádiz o Barcelona, no se pueda hablar de la existencia de una burguesía (mercaderes, fabricantes) con iniciativa empresarial que promoviese el desarrollo económico, tal como estaba ocurriendo en Inglaterra, Holanda…


El desarrollo industrial en España, Portugal, Italia, Los Balcanes y Rusia hizo escasos progresos durante el Siglo XVIII y tanto España como Portugal ofrecen un claro ejemplo de países atrasados, que siguieron avanzando muy lentamente y perdiendo terreno respecto de los demás.


A principios del siglo XIX, con la expulsión de los franceses, España pierde el tren de la modernidad y el país se sume nuevamente en la ignorancia y el retraso en el analfabetismo auspiciado por la Iglesia.


Hacia 1.850, España estaba un poco mejor instruida que Italia. Cincuenta años más tarde, Italia la había superado claramente.


En esta época, Italia cuenta ya con una profesión clara y definida: EL GEÓMETRA.


Hacia la mitad del Siglo XIX, en las escuelas españolas solo se enseñaba la lectura del catecismo y, aproximadamente, la mitad de la población adulta europea no sabia leer ni escribir. Holanda e Inglaterra eran probablemente los dos países europeos con un grado de instrucción más alto.


Diferente a lo sucedido en Europa, es el caso de Norte América (Canadá y EEUU), donde la colonización tuvo una fuerte influencia de los puritanos ingleses, fanáticos lectores de la Biblia y partidarios acérrimos de la escuela.


“Cuando atravesaron el Océano, los puritanos llevaron consigo sus drásticos principios y al cabo de una generación de su primer asentamiento dictaron leyes concretas acerca de la responsabilidad que los jefes de cada familia y la misma comunidad tenia en relación con la enseñanza elemental de los jóvenes, así como del personal de servicio”. (Carlo Cipolla).


En 1.850 sólo el 10 % de la población norteamericana blanca mayor de 20 años era analfabeta, y este porcentaje se reducía al 8 % si los blancos eran nacidos en Norteamérica (esta situación era sólo comparable con Suecia).


Pese a que el siglo XIX y principios del XX supuso la expansión de la Revolución Industrial Europea, que se había iniciado en el Reino Unido en la segunda mitad del siglo XVIII, en el campo de la educación, los avances se debían más al esfuerzo personal que a un programa de Formación o Instrucción Pública.


EL DELINEANTE EN ESPAÑA


Aunque ya hemos señalado que los primeros documentos que hacen referencia a la profesión se remontan al siglo XV (con la creación de la llamada “Escuela de matemáticas y Delineación”), no será hasta principios del siglo XIX, cuando se creen las primeras Instituciones Oficiales de Enseñanza Profesional e Industrial, pues la incipiente estructura industrial exigía ya profundas reformas en la formación de técnicos especialistas instruidos en el Dibujo Técnico y Lineal.


En el año 1.824, se crea en Madrid el “REAL CONSERVATORIO DE LAS ARTES” donde se impartirían las Enseñanzas de Delineación durante 25 años (1.824-1850).


En la Real Orden de 14 de Abril de 1882, aparecen mencionados losDelineantes, en un documento oficial y la Real Orden de 1 de enero de 1904, crea el cuerpo auxiliar de Delineantes, de la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico.


Será con el “Estatuto de Formación Profesional”, de la Dictadura de Primo de Rivera del año 1928, en el cual se promulga la Ley de la Formación Profesional Industrial, dentro de la cual se forman Oficiales y Maestros Industriales, cuando se inicie la historia de la Formación profesional.


Desde ese momento, se irán dictando diferentes disposiciones relativas a las enseñanzas de Delineante hasta que, tras varias órdenes Ministeriales, Leyes y otra normativa, se promulga la Ley de la Formación Profesional Industrial del año 1955, donde aparece la Oficialía y el Maestro Industrial y los títulos de Graduados en Artes Aplicadas, Rama Delineación.


Un par de años antes, en el mes de abril de 1.953, se había creado laAgrupación Sindical de Delineantes de España (ASDE). Ésta nació por iniciativa de los Colegios de Oviedo y Bilbao y, posteriormente, en la I Asamblea Nacional de Delineantes y Geómetras de España que se celebro durante los días 7 al 10 de Mayo de 1.960, se establecieron las bases de lo que debería ser una nueva profesión técnica en toda regla.


Cuando ASDE nació, presento un proyecto de carrera y un plan de estudios que no era, ni más ni menos, que una proposición tendente a la apertura de estos estudios a todos los estratos sociales y una pretensión de elevar el nivel cultural, técnico y académico de los Geómetras y Delineantes Españoles pero, los legisladores del Régimen redujeron tanto estas enseñanzas y recortaron en tal medida el plan propuesto porASDE que, finalmente, su enseñanza quedó limitada al campo de la promoción obrera y del trabajo manual (como si del medievo se tratase), denostando a los hijos de los trabajadores, a los que se reducía a la condición de meros obreros cualificados, y reservando la posibilidad de acceso a las enseñanzas técnicas a las clases medias acomodadas de la época.


En este sentido, se debe tener en consideración que en España, gran número de Delineantes y Geómetras se habían formaron de acuerdo a las tradiciones artesanales, es decir de forma empírica, aprendiendo el oficio con el hacer diario o, posteriormente, cursando sus estudios por correspondencia.


La creación de ASDE incidió en el abandono de esta forma de adquirir conocimientos al reclamar, sistemáticamente, la creación de escuelas específicas para Delineantes Proyectistas pero, pese a la existencia de lasEscuelas de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y de las Escuelas de Maestría Industrial, el cursar los estudios de Delineación por correspondencia fue una práctica habitual hasta mediados de los 70.


De los archivos históricos de nuestro Colegio se deduce que la mayoría de Delineantes que había en España en la década de 1.955 a 1.965, habían cursado sus estudios de Delineación por correspondencia y, curiosamente, muchos de ellos poseían más de un certificado de haber aprobado estudios a distancia, lo cual demuestra su interés por la formación y su carácter autodidacta.


La siguiente Ley importante, en materia de estudios, es la Ley General de la Educación de 1970, en la que la Delineación y el Delineante eran perfectamente conocidos, pues su nombre no inspiraba ninguna duda, se estudiaba FP-II en Delineación y se era Delineante.


A partir del año 1990, año en el que se implantó la Ley Orgánica General Sistema Educativo (LOGSE), y hasta la actualidad, aunque los planes de estudio, para desarrollar o ejercer la profesión de Delineante, puedan ser más completos y los estudiantes puedan salir mejor preparados, lo cierto es que cada día se ha ido creando una mayor confusión y en el nombre de los Títulos ha dejado de aparecer la palabra Delineante.


Un componente legislativo importante, que debemos tener en cuenta en la actualidad, es la normativa de la Unión Europea, relativa al Sistema General de reconocimiento de títulos y formaciones profesionales de los Estados miembros.Respecto a la historia y creación de los Colegios Profesionales y, más concretamente, el de Delineantes, es preciso que nos remontemos a la creación de ASDE y, posteriormente, a la del Colegio Nacional Profesional Sindical de Delineantes, creado el 8 de Febrero de 1.973, por Decreto de la Presidencia 219/1973, siendo este último el que dio paso a los actuales Colegios Profesionales de Delineantes.


La legislación básica estatal, que resulta de aplicación a los actuales Colegios Profesionales, es:


· La Ley 2/1974, de 13 de febrero, de Colegios Profesionales, la cual ha sido posteriormente modificada por la Ley 74/1978, de 26 de diciembre, de normas reguladoras de los Colegios Profesionales; por el Real Decreto-Ley 5/1996, de 7 de junio, de medidas liberalizadoras en materia de suelo y colegios profesionales —que fue modificado, a su vez, por la Ley 7/1997, de 14 de abril, de medidas liberalizadoras en materia de suelo y colegios profesionales— y por el Real Decreto-Ley 6/2000, de 23 de junio, de Medidas Urgentes de Intensificación de la Competencia en Mercados de Bienes y Servicios.


· La Disposición Adicional Segunda del Real Decreto-Ley 31/1977, de 2 de junio, sobre extinción de la sindicación obligatoria, reforma de estructuras sindicales y reconversión del organismo autónomo Administración Institucional de Servicios Socio-Profesionales, que habilitaba al Gobierno, para que procediera a regular “(…) e. La disposición por la que los colegios profesionales actualmente reconocidos que se rigen por la legislación sindical puedan acogerse al régimen común de la Ley 2/1974, de 13 de febrero, así como la revisión de las competencias que tiene atribuidas la organización sindical respecto de las Cámaras de Comercio y corporaciones análogas”, lo que llevó a cabo mediante el Real Decreto 1303/1977, de 10 de junio, sobre colegios profesionales sindicales y


· El Real Decreto 3306/1978, de 15 de diciembre (poco después de la promulgación de la Constitución Española), por el que se aprobaban los Estatutos de los Colegios Profesionales de Delineantes (BOE 2/02/1979) y conforme al cual los Colegios Profesionales pasaban de un ámbito nacional a un ámbito provincial y se creaba un órgano superior, el Consejo General de Colegios.


Dada la organización del Estado en Comunidades Autónomas, consagrada en nuestra Constitución, todos los Colegios han sido transferidos a sus respectivas Autonomías.


En consecuencia, el régimen jurídico de los Colegios Profesionales madrileños está integrado por la legislación básica del Estado y por la normativa que, en desarrollo de la misma, dicte la Comunidad de Madrid.


En este sentido, la Ley 19/1997, de 11 de Julio, de Colegios Profesionales de la Comunidad de Madrid (modificada por la Ley 26/1998, de 28 de diciembre, de Medidas Fiscales y Administrativas) que se dictó al amparo de la competencia recogida en el artículo 27.6 de la Ley Orgánica 3/1983, de 25 de febrero, del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid.


Respecto al Colegio de Delineantes de Madrid, se ha venido rigiendo por los Estatutos aprobados por Real Decreto 3306/1978, hasta la entrada en vigor de sus actuales Estatutos, aprobados por la Asamblea GeneralExtraordinaria, celebrada el pasado 24 de julio de 2008, y a la espera de su control de legalidad por la Comunidad de Madrid y, posterior, publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCAM).


Los actuales Colegios Profesionales de Delineantes son corporaciones de derecho público plenamente constitucionales y democráticas.


Para finalizar, podríamos concluir que la profesión de “Delineante” se ha ejercido durante miles de años, a través de diferentes campos y sectores del panorama laboral técnico y ha contribuido al desarrollo y transmisión de una gran parte del conocimiento humano.


La “Delineación”, ha sido la raíz de otras muchas profesiones técnicas, las cuales se han nutrido, se han desarrollado y han prosperado, tanto social como académicamente, de y gracias a ella.


Pero, es la propia configuración de la “Delineación” lo que le otorga uncarácter de “autentica y verdadera profesión” y podemos afirmar que, mientras el hombre siga creando (diseñando), la Delineación seguirá viva pues




“la Delineación ha sido, es y será, el instrumento que permite al hombre diseñar las formas del entorno que le rodea”.