No todo vale.
No podemos ser admiradores de lo abstracto sin llegar a comprender el sentido y la dirección del cambio de paradigma.
Observando los patrones tradicionales sobre los emergentes de organización empresarial, se determina que los trabajadores con una cierta antigüedad son " trastos " con difícil formación, con difícil solución.
Por ello se ataja y se tira por el camino más recto produciendo daños colaterales reflejados en estadísticas esquizofrénicas sin dosis de empatía alguna.
Son solo datos.
La flexibilidad y la actitud multidisciplinar que persigue la organización emergente de esta sociedad de la información tiene como fin último la excelencia sin práctica.
Excelencia sin experiencia cosa que es completamente imposible.
Es un buen aspecto a tomar en cuenta; el cambio tan drástico que la empresa ha conseguido instaurando sistemas y estándares de calidad objetivando la prevención y la optimización productiva.
La formación es casi un atractivo cebo de marketing empresarial.
El siguiente paso es la a selección de personal externalizada y terriblemente direccionada consiguiendo acciones de RETIRO de lo que no está actualizado.
Y este es el terrible espacio en el que nos movemos.
El paradigma empresarial ha cambiado y con ello la moralidad humana.
Así no se puede construir una sociedad evolucionada y ecológica como publicitan en sus prevengas manufacturadas para manipular las mentes del mañana.
Esto no es así.
Se sigue con el modelo industrial tradicional pero con un parapeto emergente y limpio.
Donde el trabajador sigue siendo la monedad de cambio y el núcleo de acción y responsabilidad del tejido empresarial.
El paradigma empresarial ha cambiado y con ello el futuro de una sociedad metida en una gran mentira.
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